Es el
resultado de poner a fermentar en agua, de forma espontánea y controlada,
fragmentos de vegetales.
Lo
esencial para tener éxito con los extractos de plantas es:
-Utilizar
agua de lluvia y sobre todo, no calizas.
-Usar
cubos de plástico o acero inoxidable, sobredimensionado, para 10 l de extracto,
cubo de 15 l. Se llenará tres cuartas partes de fragmentos de vegetal por
volumen de agua.
-Las
grandes cantidades de extracto son más fáciles de conseguir que las pequeñas
muestras.
-Hay
que remover al menos una vez al día.
-Al
remover, aprovechar para examinar si todavía tiene un tapiz de burbujas que
suben, signo de fermentación. Cuanta más alta es la temperatura más rápido fermenta
el extracto.
-Algunos
extractos huelen peor que otros, con un puñado de hojas de angélica o salvia
trituradas o polvo de roca de basalto por cada diez litros de agua, al cuarto o
quinto día de fermentación (antes no hay olor) lo arreglamos.
-Trasegar
y filtrar o aplicar a continuación. Si dejamos restos en el filtrado puede producir
refermentación en el envase almacenado, si la garrafa se hincha, abriremos el
tapón. Si lo detectamos rápido el extracto no se altera en calidad. Una vez
empezado el envase se debe consumir en dos meses.
-Conservar
en una bodega o sótano.
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